Club Militar de Golf

El Club Militar de Golf los acompaña en su hogar en esta lucha contra el COVID19 y le trae este tip para subir las defensas de su cuerpo y el de toda su familia.

Receta de hoy para preparar y compartir en esta cuarentena.

Receta de hoy para preparar y compartir en esta cuarentena.

En esta cuarentena, sabias que?

Receta de hoy para preparar y compartir en esta cuarentena.

Gracias a Nicola, yo también fui Caddie Era como una obligación, como el primer trabajo, si no lo hacías parecía que eras de otro pueblo. Corría el... año 1966 o 67. Y así de golpe, un viernes cuando ya habíamos terminado de jugar a la pelota, desparramados en el campito, el gringo Nicola (mayor que yo) me disparó: Nene mañana juegan las mujeres, querés llevarles el carrito. Ni lo pensé, desde mis 11 años asentí emocionado pero había un problema: pedirle a mi vieja que me dejara ir. A las siete de la mañana sin dormir de la ansiedad y con la autorización correspondiente, con el sanguche de mortadela y queso y el trapito usado y limpio para lavar las pelotitas esperé que Nicola pasara a buscarme. Era por ese entonces un día transcendental en mi corta vida. Mientras se limpiaba las manos en el delantal impecable, la Iaia (mamá de Nicola) nos saludó en una mezcla cálida de castellano e italiano, nos dio el pan de chicharrón y comenzamos a desandar las cinco cuadras, según la lógica de Nicola, porque cruzar la ruta y la vía eran una cuadra y había que mirar con mucha atención el tránsito de trenes era continuo, la ruta no tanto. Como decía Nicolita, una cuadra la nuestra, otra la corta son dos, la de la calle del medio, son tres, después venía la de Dariozzi o el cordobés Corbari y ya eran cuatro,así que con la ruta y la vía teníamos cincocinco cuadras que me parecieron kilómetros. Las indicaciones de Nicola me daban pánico: Nene, marcá donde cae la pelota y fijate en algún árbol o cualquier otra cosa que te guíe, no hablés delante de la patrona, no tosás, no te muevas cuando la patrona u otro jugador pega. Vos hacé así, como yo te digo, la propina va a ser buena. Con todas las recomendaciones dando vueltas en mi cabecita de pibe, llegamos al club, caminamos por la chapera del club y hago la salvedad que la chapera era la del club porque estaba la otra, la del taller. Cuando había torneos de mujeres en las canchas de golf del Club Mitre se notaba de lejos, arribaban autos nuevos, importantes que nunca habíamos visto. Señoras que hablaban con las eses y otras que no se les entendía nada de lo que decíanson yonis, me dijo Nicola desde su pose de maestro y protector. Ahora, a esperar que sacaran caddie, a sentarse en el banquito de vieja historia ferroviaria. Nicola sacó su chapa de caddie viejo y de conocimiento de la cosa, se separó unos metros para hablar con Don Pablo; vino contento, no había problemas, de nuevo las recomendaciones pertinentes y dijo serio: sentate quieto y esperá cuando Don Pablo te llame vas y hacés lo que te dije. El, mi protector, se sentó por ahí, hablaba con los mayores, los que tenían antigüedad, que además me miraban con desconfianza. Estaban Quintín Carabajal, el flaco Luis Zapata, Daniel Sinquet, Daniel el gordo Reale, hermano del Patito, el flaco Mateo, el flaco Corman, Luisito, los hermanos Quebracho, los hermanos Gómez, Roberto y Gorila, Carlitos Torres, Miguel "El Caje" Di Giacomo, Jarita quien fuera un fenómeno del fútbol (ya desaparecido), el negro Jesús Macedo (impecable, siempre prolijo y con una sonrisa en los labios), "El bota" Garayeran todos del barrio Mitre, las 80 casas o de Villa América. Mientras trataba de recordar los nombres o apodos, lo vi venir caminando cansino, gordito, petiso como yoqué suerte!! me dije, era el cabezón Bertino, mi compañero de banco de la primaria y compinche además. Me relajé un poco, al rato lo veo venir al negro Galeano, estábamos algunos de los petisos de la fila de escuela. Las cosas cambiaban, estaba más tranquilo, con los ya mencionados más Jorge y Dani, que también eran compañeros de escuela, éramos un grupo grande que nos conocíamos y eso importaba y además en la escuela, en el fútbol éramos imbatibles. Los grandes o de primera salían primero, de a poco todos consiguieron changa, quedábamos el cabezón y yo, le dije: No, a vos no te sacan, yo espero a mi patrón. Y mientras me quería morir o recuperar del fracaso inminente, se acercó Don Pablo y me dijo: Vení pibe, agarra el carrito, tené cuidado, es de la Buena Vista, de los Benzadon, así que respeto y a no perder pelotas. Después de las instrucciones, se alejó y habló con la señora, ella me miró y sonrió con dulzura, era mayor, bajita y muy habladora. Vamos a la salida me dijo, pasándome la mano por el hombro con complicidad me miró y agregó: Vos no sabés nada, dice don Pablo, no te hagás problema, yo tampoco se nada de golf. Nueve hoyos, media tarifa y a casa. Había superado la prueba y sin perder una sola pelotapodía, me gustaba, ahora sí era de Pérez, ahora tenía el derecho a sentarme del cordobés Corbari o de Macorito a tomar un helado y pagarlo yocomo hacían los pibes más grandes Ahora yo era un caddie. (Darío) *Cady, Caddy, Cadie o Caddie, era "el niño que porta los palos de golf"" Gracias Darío por contar esta hermosa historia de la niñez, transcurrida en la década del 60 en nuestro pueblo, seguramente otros lectores se verán reflejados en esas bonitas vivencias escritas con mucho sentimiento. #Notiventas #Recuerdos #Golf

El Club Militar de Golf extiende una cordial invitación a todos nuestros golfistas a participar de la Clasificación interna Match Play de golf, que se realizará el próximo sábado 07 de marzo a partir de las 6:30 am. Informes e inscripciones en la oficina de deportes PBX 8788560 Ext 207 - 208 Cel 3112223473 Los esperamos.

Receta de hoy para preparar y compartir en esta cuarentena.

Un saludo especial a todas nuestras madres del Club Militar de Golf.

En esta cuarentena entérate. Sabias que?

#MANTENGAMOSVIVONUESTROCLUB

Un saludo especial a todas nuestras madres del Club Militar de Golf.

Receta de hoy para preparar y compartir en esta cuarentena.

Receta de hoy para preparar y compartir en esta cuarentena.

Gracias a Nicola, yo también fui Caddie Era como una obligación, como el primer trabajo, si no lo hacías parecía que eras de otro pueblo. Corría el... año 1966 o 67. Y así de golpe, un viernes cuando ya habíamos terminado de jugar a la pelota, desparramados en el campito, el gringo Nicola (mayor que yo) me disparó: Nene mañana juegan las mujeres, querés llevarles el carrito. Ni lo pensé, desde mis 11 años asentí emocionado pero había un problema: pedirle a mi vieja que me dejara ir. A las siete de la mañana sin dormir de la ansiedad y con la autorización correspondiente, con el sanguche de mortadela y queso y el trapito usado y limpio para lavar las pelotitas esperé que Nicola pasara a buscarme. Era por ese entonces un día transcendental en mi corta vida. Mientras se limpiaba las manos en el delantal impecable, la Iaia (mamá de Nicola) nos saludó en una mezcla cálida de castellano e italiano, nos dio el pan de chicharrón y comenzamos a desandar las cinco cuadras, según la lógica de Nicola, porque cruzar la ruta y la vía eran una cuadra y había que mirar con mucha atención el tránsito de trenes era continuo, la ruta no tanto. Como decía Nicolita, una cuadra la nuestra, otra la corta son dos, la de la calle del medio, son tres, después venía la de Dariozzi o el cordobés Corbari y ya eran cuatro,así que con la ruta y la vía teníamos cincocinco cuadras que me parecieron kilómetros. Las indicaciones de Nicola me daban pánico: Nene, marcá donde cae la pelota y fijate en algún árbol o cualquier otra cosa que te guíe, no hablés delante de la patrona, no tosás, no te muevas cuando la patrona u otro jugador pega. Vos hacé así, como yo te digo, la propina va a ser buena. Con todas las recomendaciones dando vueltas en mi cabecita de pibe, llegamos al club, caminamos por la chapera del club y hago la salvedad que la chapera era la del club porque estaba la otra, la del taller. Cuando había torneos de mujeres en las canchas de golf del Club Mitre se notaba de lejos, arribaban autos nuevos, importantes que nunca habíamos visto. Señoras que hablaban con las eses y otras que no se les entendía nada de lo que decíanson yonis, me dijo Nicola desde su pose de maestro y protector. Ahora, a esperar que sacaran caddie, a sentarse en el banquito de vieja historia ferroviaria. Nicola sacó su chapa de caddie viejo y de conocimiento de la cosa, se separó unos metros para hablar con Don Pablo; vino contento, no había problemas, de nuevo las recomendaciones pertinentes y dijo serio: sentate quieto y esperá cuando Don Pablo te llame vas y hacés lo que te dije. El, mi protector, se sentó por ahí, hablaba con los mayores, los que tenían antigüedad, que además me miraban con desconfianza. Estaban Quintín Carabajal, el flaco Luis Zapata, Daniel Sinquet, Daniel el gordo Reale, hermano del Patito, el flaco Mateo, el flaco Corman, Luisito, los hermanos Quebracho, los hermanos Gómez, Roberto y Gorila, Carlitos Torres, Miguel "El Caje" Di Giacomo, Jarita quien fuera un fenómeno del fútbol (ya desaparecido), el negro Jesús Macedo (impecable, siempre prolijo y con una sonrisa en los labios), "El bota" Garayeran todos del barrio Mitre, las 80 casas o de Villa América. Mientras trataba de recordar los nombres o apodos, lo vi venir caminando cansino, gordito, petiso como yoqué suerte!! me dije, era el cabezón Bertino, mi compañero de banco de la primaria y compinche además. Me relajé un poco, al rato lo veo venir al negro Galeano, estábamos algunos de los petisos de la fila de escuela. Las cosas cambiaban, estaba más tranquilo, con los ya mencionados más Jorge y Dani, que también eran compañeros de escuela, éramos un grupo grande que nos conocíamos y eso importaba y además en la escuela, en el fútbol éramos imbatibles. Los grandes o de primera salían primero, de a poco todos consiguieron changa, quedábamos el cabezón y yo, le dije: No, a vos no te sacan, yo espero a mi patrón. Y mientras me quería morir o recuperar del fracaso inminente, se acercó Don Pablo y me dijo: Vení pibe, agarra el carrito, tené cuidado, es de la Buena Vista, de los Benzadon, así que respeto y a no perder pelotas. Después de las instrucciones, se alejó y habló con la señora, ella me miró y sonrió con dulzura, era mayor, bajita y muy habladora. Vamos a la salida me dijo, pasándome la mano por el hombro con complicidad me miró y agregó: Vos no sabés nada, dice don Pablo, no te hagás problema, yo tampoco se nada de golf. Nueve hoyos, media tarifa y a casa. Había superado la prueba y sin perder una sola pelotapodía, me gustaba, ahora sí era de Pérez, ahora tenía el derecho a sentarme del cordobés Corbari o de Macorito a tomar un helado y pagarlo yocomo hacían los pibes más grandes Ahora yo era un caddie. (Darío) *Cady, Caddy, Cadie o Caddie, era "el niño que porta los palos de golf"" Gracias Darío por contar esta hermosa historia de la niñez, transcurrida en la década del 60 en nuestro pueblo, seguramente otros lectores se verán reflejados en esas bonitas vivencias escritas con mucho sentimiento. #Notiventas #Recuerdos #Golf

Descubre el sabor, frescura y platos tradicionales de la comida de Perú, el próximo domingo 29 de marzo en el Festival Gastronómico Peruano, a partir de las 12:00 m en el salón Teusaca. Podrás compartir una espectacular tarde en familia en su segundo hogar, el Club Militar de Golf. Los esperamos.